3 Errores que me hicieron perder mucho tiempo y dinero como redactora

Tengo años trabajando en el mundo del marketing digital, la redacción y el copywriting. Y como la experiencia suele ser una maestra cruel, te dejo aquí 3 errores que cometí y que podrían ahorrarte algunos malos ratos. En el punto 2 te dejo un supertip además de ahorrarte dolores de cabeza, te dará caché. 

1. Cuidado con la gente que te rodea

Si alguna vez has confiado mucho mucho en alguien, incluso ignorando la alarmita de la intuición, eso es muy peligroso para los negocios.

Sobre todo, cuando has tenido el mal tino de juntarte con gente que no se porta a la altura de un profesional.

Para hacerte el cuento corto, una vez fui editora (asistente virtual, redactora, copy, recursos humanos y de todo, hice de todo) en una empresa en un ambiente muy conflictivo. Perdí tiempo, dinero y salud.

Me agoté emocional y físicamente hasta más allá de mis límites. 

Ahora, lo pienso dos veces cuando la intuición suena la alama. Pero además, lo llevo a otro nivel. Trato de relacionarme solo con personas que no me hacen ruido, elijo estar con gente que potencia, es profesional y que sabe hacer sinergia.

2. ¿Eres freelance o eres empleado?

Uff, que error tan garrafal, que he cometido varias veces.

Cuando eres freelance o agencia, debes aprovechar las ventajas de eso, en vez de convertirte en empleado de los clientes y andar cumpliendo sus caprichos en cosas que no le benefician, o cubriendo ciertos detalles sin cobrar, que luego se van sumando y sumando.

Otro error es permitir que te escriban o te llamen a cada rato. Trabajar en equipo exige comunicación, pero no aceptes interrupciones.

Lo aprendí a las malas. Por lo tanto, mis reuniones ahora son limitadas, planificadas, cortas y concisas.

TIP PRO:  Si quieres librarte de este error, redacta un documento muy ameno y respetuoso donde dejas claro:

1. ¿Qué incluye el servicio que vas a prestar?
2. ¿Qué no incluye dicho servicio? (considero esto más importante que lo anterior).
3. La fecha de entrega (según tus tiempos, no según capricho de nadie).
4. El número de revisiones que incluye, si las incluye.
5. La garantía del servicio (si la tiene).
6. Los métodos de pago y los días de reunión por si las dudas.

No tienes idea de lo maravilloso que es.

Y los clientes, en lugar de ofenderse, son como los niños, en el fondo desean los límites y te respetarán más.

3. Cobrar poco o rebajar por paquetes

El dilema de toda la vida.

No digo que debas cobrar como un experto cuando eres principiante, pero si compites por precio, nadie te tomará en serio. Ni siquiera tú…

Piénsalo. Si no, no estarías regalando tu trabajo.

Lo que hice para no caer en patéticas ofertas de malas rachas es simplemente guardar en las vacas gordas y comprender que si pasaba unos días descansando por una baja, no pasaba nada…ya vendrían mejores prospectos.

Y siempre vienen. Estoy descansada, los atiendo bien y todos ganamos.

Y a ti ¿te ha llegado un cliente genial mientras estás atendiendo un peor es nada?

NOTA: Si no tienes clientes, invierte el tiempo que tardarías esclavizado con precios ridículos, en conseguir uno que valore tu trabajo.

Suena fácil, pero es más complicado que decirlo. No obstante, tiene que ver mucho con la calidad de tu trabajo, tu mentalidad y la gestión del tiempo. 

¿Has cometido alguno de estos errores? cuéntame…